Ser humano común


Ay, cuando ese diferencial que viste una vez en una clase de patología hace 10 años, emerge hasta tu mente consciente y diagnosticás lo indiagnosticable (¡Qué genialidad! ¡Cómo sabe!)
Cuando formulás la dieta para que el Beagle eternamente obeso baje 10 kilos (¡Nadie pudo antes!) Cuando tu gato internado come y se baña en un canil extraño (vení gatólogo, pedime tips)
Cuando sale sangre a la primera, de un gato antaño indomable (¡Qué bárbaro, qué mano tiene doc!)
Cuando terminás otro posgrado y sentís que tenés circunvoluciones nuevas en el cerebro, te explota la cabeza de ideas.
Cuando te llaman colegas pidiendo tu opinión.
Cuando llegan clientes recomendados.
Joder, debería escribir un libro.
Cuando seguís tu instinto y era eso.
El politrauma severo despierta de la anestesia y hace pipí.

Cuando ellos creen que no se puede y vos sabés que sí, que podés.

Caminás en modo leonino, con el pecho inflado y la frente en alto, Rockstar suena a tus espaldas marcando el beat de tus pasos, el mundo es tuyo y el suelo sale al encuentro de tus pies. Nací para esto, qué pedazo de doctor soy. ¡No todos los super héroes llevan capa eh!

Y así como quien no quiere la cosa, en plena vibración alta, “más unicornio que humano, Dr. House debería perdirme consejo, soy un 4×4”; el todoterreno se te queda sin nafta cuando te llega el moquillo neurológico convulsivo; el paciente oncológico que habías logrado que coma y respire, se te descompensa por todos los costados; cuando al que atendés de bebé lo pisó una camioneta y viene sangrando por todo orificio, cuando nunca en tu vida viste u oíste esa colección de signos y síntomas que tenés enfrente y estás en un blackout total; cuando buscás desesperado el teléfono de un colega especialista en algo que vos ignorás en tu agenda; cuando te traen un rescate en los huesos, de dolor imposible y no te dan las manos ni los fármacos para darle paz.
CUANDO TU ANIMAL NECESITA VETERINARIO…y vos sólo podés ser mamá/papá.

Cuando ellos creen que se puede y vos sabés que no, que no podés.

Ahi, la capa la querés para esconderte.

Ahi te das cuenta que lo único super en vos, son los santos cojones de saberte humano y presentarte todos los días en un SUPER trabajo.

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