Para atrás

Hay días que andamos para atrás. Hoy, por ejemplo. Hoy, que me duele el cuerpo (del dolor lindo), porque ayer bailé tres horas seguidas en un seminario de danza. Y tuve que mirar para atrás, a los tiempos (no muy lejanos), en los que bailar en público me detonaba ataques de pánico, o, cuando menos, migrañas. Hoy, que me regalé todo el día a mí y a mi gata, y me duelen las yemas de los dedos de practicar con la guitarra. Tuve que mirar para atrás a los tiempos en que tuve que vender mi anterior guitarra, para juntar

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