Hay días que andamos para atrás.
Hoy, por ejemplo.
Hoy, que me duele el cuerpo (del dolor lindo), porque ayer bailé tres horas seguidas en un seminario de danza. Y tuve que mirar para atrás, a los tiempos (no muy lejanos), en los que bailar en público me detonaba ataques de pánico, o, cuando menos, migrañas.
Hoy, que me regalé todo el día a mí y a mi gata, y me duelen las yemas de los dedos de practicar con la guitarra. Tuve que mirar para atrás a los tiempos en que tuve que vender mi anterior guitarra, para juntar plata para salir del trabajo insatisfactorio en que estaba, y tratar de abrir una práctica veterinaria propia.
Y tuve que voltear un poquito más, porque recordé el día que llorando de frustración salí a buscar un local, un local que pagué con plata que junté centavo a centavo, con esa guitarra que vendí, y muchas otras cosas de las que me deshice; que me permitieron abrir mi clínica, y elegir cuando trabajar, y por eso ayer pude bailar y hoy pude tocar la guitarra, porque antes lloré, pataleé, vendí, dejé, solté, soñé, y hoy lo tengo.
Hoy es abril. Abril otoñal perfecto, un día de esos de ensueño. Sol, ni frio ni calor. Y me quedé todo el día en casa, porque quise. Porque también me acordé que hace cuatro años, estábamos en la segunda etapa de aislamiento obligatorio, y con días así, nos teníamos que quedar en casa por obligación. Hoy, puedo elegir.
Hoy anduve para atrás.
Terminé de leer un libro y empecé otro, y me puse tan eufórica. ¡Dios, como amo leer! Mirando hacia atrás me di cuenta que leo hace ¡30 años!
Qué don mas maravilloso. Me pido perdón por todos los períodos de tiempo en que no leí, porque “había cosas más importantes”. Leer es un bálsamo, un pasaje, un portal, es magia.
Si estás acá, es que sabés leer. Leé, por favor.
Anduve para atrás. Todo el día con mi gata. Y miré los años en que en vez de mi gata Luna, estaba Nome, mi perro. Ví cuando llegó a casa, y ví cuando murió en mis brazos. Antes de Luna. Antes de cambiar mi vida (por segunda vez).
Hoy anduve para atrás. Mirando atrás.
Hoy me di el tiempito de recordar…mis ataques de pánico. Cuando conocí a Nome. Cuando lo diagnostiqué. Cuando empecé a dibujar. Cuando aprendí a leer. Cuando me escondía para bailar. Cuando trabajaba 24 x 7. Cuando vendí mi guitarra. Cuando me puse a construir mi veterinaria en Pandemia.
Es tan importante ir para atrás a veces.
No me mal interpretes.
Una volteadita de cabeza.
Al andar se hace camino, ¿no?
Pero hoy es hoy, es todo lo que hay.
Adelante, sólo para ver donde vamos.
Hoy, para vivir.
Atrás, sólo para tomar impulso.
Hoy, para agradecer.
Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás, se ve la senda, que nunca se ha de volver a pisar.
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3 respuestas
Muchos hemos hecho tu camino y otros lo harán. pones de forma visible lo que a muchos nos pasa. Gracias
Hola!! hermosas palabras, gracias ayudas a reflexionar y a mirar el camino, amo ser veterinaria y me veo reflejada en tus posteos, abrazo fuerte!
Qué lindo tomarse el tiempo de reconocer y admirar los cambios, los progresos, los avances. Hermosas palabras ☺️