Es viernes. Mi cuerpo lo re sabe, y son más de la medianoche, y sigo trabajando.

Esta semana fue una locura.
Sucedieron hechos desestabilizantes en el trabajo que, como muy pocas veces me pasa, me hicieron cuestionarme POR QUÉ HAGO ESTO, QUIEN ME MANDÓ A SUFIR ASÍ.

Pero, como muchas veces (sí) me pasa… me hicieron cuestionarme todo lo que respecta a mi valor.

¿Hice bien? ¿Me responsabilicé como debí? ¿Elegí bien? ¿Tenía derecho? ¿Actué con ética? ¿El derecho de admisión se aplica a mi profesión? ¿Es este sólo uno de mis tantos roles como persona, como mujer? ¿Son todos mis roles igual de importantes? ¿Trabajar con vidas me impide ser un humano normal? ¿Dónde firmé para eso?

Reaccioné como pude. Con bastante enojo y frustración. Eso y el agotamiento la verdad que hacen un combo chotísimo.

Seguí atendiendo, recibiendo agradecimientos, gente feliz de verme, pero toda la semana mastiqué lo amargo de aquellas otras situaciones.

Descuidé mis rutinas. Se me trabó tanto la cabeza que atrasé trabajos por no poder concentrarme, de lo mucho que el enojo me nubló las sinapsis.

Es viernes.
Viernes de una semana de luchar para levantarme de la cama, cumpliendo mis rutinas personales apenas a un lastimero 50% (que se sintió un 250% por lo que me costó); lidiando con esa frustración también, rumiando si fui (si soy) lo suficientemente buena… Si todo esto vale la pena.

Es viernes de esa semana.
Y son mas de la media noche.
Y me pongo a escribir esto a modo de recreo. Porque estoy laburando desde el lunes a las 9 am, y es tan tarde del viernes que ya es sábado, y sigo.

¿Saben que hago?
Estoy revisando una clase de un curso que tomé, para hacer el mejor protocolo de desintoxicación que el mundo haya visto (? para un paciente al que no le logro bajar el colesterol.

Porque cuando no me cuestiono mi valor cruelmente, soy una entregada total a esta labor de sanador que elegí. Yo sé que lo soy. Pero…

Un “ah entonces dejaste el paciente a la deriva”, te hace dudar hasta de tu nombre.

Y tras mucho rumiar toda la semana, mientras busco algún suplemento más o menos pagable para los tutores, de los 50 suplementos que lleva el protocolo, y los busco uno por uno…

Pienso.

En la severidad con la que me traté, que es bastante peor incluso que como me trataron. Y peor de como traté yo.
Reaccioné de un modo del que no me siento orgullosa; si no de un modo del que me siento víctima.

No pude hacerlo mejor.
Reaccioné desde la frustración.
Y luego desde el espanto de dudar de mi, a un nivel de esencia, directamente.
Porque puedo dudar tranquila de lo que sé, pero no de lo que soy…

Tengo los dientes apretados y contracturados cuello y espalda; cosa que no me pasa habitualmente.

Pero ese dolor
Esta bronca masticada
Esta hora de estar trabajando

Son el resultado de lo que pude hacer.

¿Vieron esa sensación de ¡puta madre debí haber dicho TAL cosa!, que se te ocurre días después?
Bueno, eso.

Siempre creemos que la OTRA alternativa, la que no tomamos, pudo haber sido la mejor.
La realidad es que no lo sé.

La realidad es que se me fué de las manos, reaccioné como el culo, me sentí peor que el culo, y estoy pagando las consecuencias de todo ese rush de estrés.

Pero hice lo que pude.
Hoy, viernes, ya sábado, ya se cumplen días de revisar mi valía, mi ética, mi responsabilidad.
He concluido algunas cosas a mi favor, y otras en mi contra.

Me he prometido algunas cosas.

Y creo…honestamente creo…
que he hecho lo mejor que pude hacer.

He de seguir con el diseño de este protocolo.
He de encarar un fin de semana.
He de soportar los reclamos de los lunes.
He de esperar las consecuencias de esta semana.

Y todo será mejor luego de esta revisión exhaustiva de valores y de mi esencia.

Hasta la próxima recaída.

3 respuestas

  1. Hola bella mujer y profesional. soy una colega de Córdoba y cómodo plenamente tus sentimientos. Esos sentimientos que nos hacen humanos sanadores, pero HUMANOS! ojalá le gente lo entendiera…y nosotros también. te admiro como colega y persona. soy ” más grande” pero me enseñas mucho. Un gran abrazo. Estoy cansao, jefe!🥱

  2. Hola bella mujer y profesional. soy una colega de Córdoba y comparto plenamente tus sentimientos. Esos sentimientos que nos hacen humanos sanadores, pero HUMANOS! ojalá le gente lo entendiera…y nosotros también. te admiro como colega y persona. soy ” más grande” pero me enseñas mucho. Un gran abrazo. Estoy cansao, jefe!🥱

  3. Somos seres humanos antes que profesionales, permitirnos equivocarnos, pifiarla, solo lo afirma. . .
    A levantarse y encarar de nuevo, tal vez la próxima no se sienta asi, tal vez se despierte algo en ti que te recuerde esta frustración y aprendas . . . tal vez no, tranquila!
    nada es perfecto, mientras sigas en tu camino de mejorar tu acción, sigue buscando ahí . . .
    la experiencia te dará sabiduría y la tolerancia que necesites en tu aprendizaje.

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